domingo, 2 de enero de 2011

Mario Artigas Contreras: Enrique Valdés, La Dispersión de su Arte y su Vida

El mundo literario chileno está de duelo, la muerte nos quitó de nuestra vista a Enrique Valdés Gajardo quien nació en el Sur de Chile, en Río Baker, 1943 - 2010. Pertenecía a la llamada “Generación Dispersa”, “Generación de la Diáspora” y, por qué no de otras más, como decía él.

Recuerdo aquél verano del 2002 cuando disfrutamos de unos buenos mostos. En el patio de la casa en Granado Nº 542. Mientras nos conocíamos más, los relatos de sus pasadas por Santiago. De aquella cuando fue Violoncelista de la Orquesta Sinfónica de Chile, convirtiéndose en uno de los más, asiduos parroquianos del bar la Unión Chica. Ahí compartió con escritores como Rolando Cárdenas, Jorge Teillier, Ramón Díaz, Mardoquéo Cáceres y tantos otros. En esas noches oscuras donde se prohibió la palabra libertad, Enrique no coaguló su música ni su vocablo, luchó por la literatura, el arte y las libertades humanas. Enrique se vio atrapado por la vorágine Diáspora, que hizo de muchos escritores e intelectuales afanosos contestatarios y solidarios con ese Chile destrozado.

Enrique al igual que nosotros que hemos estado “gastando los codos en todos los mesones” como lo señalara en su poesía Jorge Teillier. Prefirió a los fracasados “a los que sólo les importa tomar un trago de vino” y por sobretodo transmitió a quien quiso escucharle su interés por la literatura y la música, artes que consideraba iluminadores del espíritu humano. Su afecto a sus pares lo manifestó siempre y, en honor a sus amigos de bares y de barras, un día presentó su libro “Solo de Orquesta” en el bar la “Unión Chica.

De repente, sólo se limitó a ponerse el sombrero y silbando su “Solo de Orquesta” volvió a la lluvia, para luego vernos en Ferias del Libro como aquellas que realizaba Rubén González en Valdivia y, como siempre, Enrique brindando majestuosas locuciones encantando a todo espectador.

No exento de polémica se otorgó el último Premio Nacional de Literatura. Y como era de esperar, Enrique desde la Universidad de Los Lagos en Osorno como un gran esténtor expresó: …ya no es posible creer en premios si en ellos no están los expertos de la literatura, pues ya no se mide calidad literaria, sino que artificios e ilusiones creados por las aparatosas editoriales transnacionales tan dignas representantes de la ansiedad por el dinero y la efímera fama, tan pasajera como ilusoria.

Cito los primeros versos de un poema que le dedicó a su amigo Rolando:

Un amigo mío acaba de morir
estoy casi seguro.
De otro modo no entiendo
por qué esta música de Beethoven
se instala entre mis cosas
como en su propia casa.

Biografía:

Fue Doctor en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Ilinois. Poeta y músico, fue violonchelista de la Orquesta Sinfónica de Chile y actualmente se desempeñaba como académico de la Universidad de Los Lagos de Osorno. Fue miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua y desplegó una gran labor intelectual, desarrollando todos los géneros literarios, poesía, cuento, novela y ensayo.

Premios:
• Premio Municipal Gabriela Mistral de Santiago (1974),
• Premio Presidencia de la República en el Centenario de Pablo Neruda (1979),
• Premio Academia de la Lengua (1984) y el Premio de la Crítica. (2002).

Publicaciones:

• Permanencias (poesía). Antofagasta; Trilce, 1968.
• Ventana al Sur (novela). Santiago de Chile: Zig-zag. 1975.
• Trapananda (novela). Santiago: Nacimiento, 1983.
• El trino del diablo (novela). Valdivia: Alborada, 1985.
• Avisos luminosos (poesía). Santiago: Lar, 1986.
• Ventana al Sur (novela). (2ª. Edición). Concepción, editorial Aníbal Pinto, 1996.
• Agua de Nadie (cuentos). Concepción, editorial Aníbal Pinto, 1996.
• Materia en tránsito (poesía). Osorno. Universidad de los Lagos, 1998.
• Solo de orquesta (novela). Concepción: Ed. Lar. 2002.

Múltiples ensayos y artículos de su autoría han sido publicados, en las más prestigiosas revistas literarias nacionales e internacionales

Los textos siguientes están incluidos en Materia en Tránsito. Osorno: Editorial de la Universidad de Los Lagos, 1998. Sin embargo, originalmente corresponden a textos de Permanencias (Edit. Mimbre Trilce, Valdivia, 1968), de Avisos Luminosos (1986) y muchos textos escritos en Illinois (1988-1995)

Poemas:

DISPOSICIONES

Doy por terminado el giro de mi negocio.
No sirvió para nada.
Doy por perdidas las ganancias,
si es que las hubo.
Doy por curadas todas las heridas.
No debo un cobre a nadie.
Renuncio a mi mujer y a mis hijos
Y al amor que alguna vez alguien me tuvo.
Me doy por jubilado de la música
y de la literatura.

Y escojo mi cementerio
en las apacibles llanuras
de la universidad.


GEOGRAFÍA

Ese pedazo de tierra largo y estrecho
que ves allí,
es Chile, mi país.

Estuve allí por mucho tiempo y me fui.
Cambié mi corazón por una casa,
una estrella por cincuenta y nueve veces
una sola.
No extraño a nadie, como nadie me extraña.
Pero a veces, el olor de una manzana
o de un vaso de vino
me revuelve el estómago, me devuelve
a ese pedazo de tierra negra que ves allí.

No pudieron matarme
pero un golpe artero de yatagán
tocó la célula y la hirió.
No vuelo ahora. Me arrastro como los felinos.
Y hablo a media voz. Escribo
cartas que no tienen respuesta. Pero a veces
cuando miro estos mapas
se me sube la orina a la garganta.


COMPARACIONES

Cuando uno está cansado se recuesta en la tierra
y ve pasar las nubes
entre el cielo y los árboles.

Cuando uno tiene prisa monta un caballo
y atraviesa el polvo y las praderas.
Cuando uno está perdido
escucha el canto de los pájaros
y calcula la hora, el tiempo, las distancias...

Cuando uno está con hambre
se detiene en la casa del vecino
toca la puerta y entra y allí está la comida.

Cuando uno está muy lejos
en su pedazo de universo ajeno,
se revuelca en la tierra,
acude a todos los teléfonos,
toca innumerables puertas,
mira el agua que pasa:
Y se ahoga.


MARCHA FÚNEBRE

Para Rolando Cárdenas

Un amigo mío acaba de morir
estoy casi seguro.
De otro modo no entiendo
por qué esta música de Beethoven
se instala entre mis cosas
como en su propia casa.

Todo lo Heroico, lo grande, lo epopéyico
de la Tercera Sinfonía cuya dedicatoria
bien borrada, celebra la victoria
de "un gran hombre": buena parte.
Váyase usted con esta música a otra parte,
don Lucho. Alguien se muere en esta hora
en Chile, ahora mismo y yo no sé quién es.
Dígame usted que llora y se lamenta por él,
quién es, qué ha hecho, donde lo han matado
qué hacía, cómo se llamaba para enviar
una nota de pésame a la familia, estoy tan lejos
no sé nada de nadie y es posible
que sea mi madre. Está vieja la pobre
sin cuerpo y sin memoria. Para qué le servía
sin un buen recuerdo que conservar, es mejor
el olvido o la sin memoria.

Alguien a quien yo amaba ha muerto
Y usted canta por él mientras cocino
mi pedazo de carne
mi pollo, mi tostada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario