De nuestra consideración,
El jueves 12 de Julio del 2007, un grupo de escritores y escritoras llegamos a la calle San Camilo de Santiago y subimos al séptimo piso para reunirnos con
Es nuestro interés representarle a usted, en su calidad de Presidente del Consejo de
1. La ley 19.227 no prioriza a los escritores
La ley del Libro de 1993 fue elaborada por sociólogos y periodistas, y que, a través de los años, constituyeron un patriciado jurídico-político. La aprobada institucionalidad se preocupó del soporte, principalmente el libro, y no para estimular centralmente la producción literaria de los escritores chilenos. La ley no se hizo para tutelar la literatura.
2. El Fondo del libro no es para escritores
La ley del Libro en su artículo tercero aprueba la creación del Fondo del libro. Pero, contrariamente el Fondo de Libro no es, como se cree, y como se ha hecho creer, para escritores. Aquí reciben mucho apoyo económico los libreros, las universidades, las editoriales, las municipalidades y otras organizaciones privadas y públicas. Por ejemplo, el Fondo del Libro ha entregado muchos millones durante todos estos años a
3. Nula representación de los escritores en el Consejo del Libro
La ley creó un Consejo del libro. Ese consejo, donde se deciden los fondos, tiene cinco representantes del gobierno (
4. La ley del libro no tiene un Reglamento adecuado
La ley permite que los que aplican la ley, el Consejo y sus funcionarios, actúen de modo discrecional, con la potestad para cambiar todos los años las bases de los concursos, y los montos asignados a diversas áreas. Tampoco el reglamento contempla ninguna norma expresa para elegir los jurados de los fondos, las becas y los premios. De ese modo, los jurados han sido definidos a gusto de la autoridad política. Una mala ley con un pésimo reglamento.
Así, la actual situación institucional favorece el funcionariado-político, que permite el manoseo y el clientelismo y que no está adecuado a los tiempos. El Estado chileno perdió el rumbo con respecto a los escritores y la literatura. El IVA a los libros es impresentable. El país es muy tacaño con sus escritores. Por eso es que La ley del libro debe ser reformada y los escritores deben tener una amplia participación en su reformulación.
Le deseamos suerte en el desafío que hoy usted asume como Presidente del Consejo del Arte y
Del mismo modo, espero que usted escuche estos planteamientos y se abra a la reforma inmediata de
Se despiden cordialmente los escritores,
Omar Pérez, Andrea Jeftanovic, Carmen Gloria Berríos, Teresa Calderón, Sergio Badilla, Mario Artigas, Fesal Chain y Malú Sierra.
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