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Los hijos mellizos Karen y Carol, Pepita Turina y Oreste Plath |
Pepita Turina
"Estoy en la injusticia
natural del universo o del planeta en que vivo. Así como un vegetal es
gigantesco y otra pequeña hierba, así como entre los animales uno es león y
otro hormiga, así como hay organismos invisibles que ni siquiera se alcanzan a
ver con el microscopio, estoy en la injusticia natural de ser lo que soy".
A 30 años de la muerte
de la escritora y figura de la primera generación de bibliotecólogas de Chile. Josefa Alvina Turina Turina (Punta
Arenas, 1 de marzo de 1907 – Santiago de Chile 1 de marzo de 1986. Sus cenizas
fueron esparcidas en el Estrecho de Magallanes). Fue una periodista y escritora
de origen Croata1. Fue una
importante Gestora Cultural: en la creación del Círculo de Difusión Cultural de
Valdivia; La Semana del Arte y el Primer Salón de Bellas Artes en dicha ciudad.
Recibió diversas distinciones como: Primer Premio Concurso Floral de las
Fiestas Primaverales de 1935, por su obra “Prólogo de Primavera”.
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El
2 de Febrero de 1945, circunscripción Moneda a las 16. 30 hrs., en Santiago de
Chile, contrajo matrimonio con el escritor, folklorólogo e investigador Oreste
Plath (César Octavio Müller Leiva, nació en Santiago 13 de agosto de 1907,
falleció en Santiago 24 julio de 1996), de esta unión nacieron el 28 de marzo de
1946 la pareja de mellizos Karen Plath Müller Turina (hija) y Carol Plath
Müller Turina (hijo). En sus hijos no quiso perder el Plath, seudónimo de su
esposo escritor, y se los puso por segundo nombre-
Un
Prisma de Pepita:
Hoy,
como en otros tiempos, los matrimonios durables son un hecho. Se dan
hasta en los artistas, a quienes siempre se ha considerado quebrantadores de
las normas establecidas, y de cláusulas y comportamientos poco ceñidos a la
moral. No ha sido por las leyes rígidas del matrimonio, ni por miedo al
“qué dirán”. Ninguna exigencia de ese tipo los ha inducido a mantenerse
enlazados. Unidos en el arte y en la vida, con permanencia, entran en esa
categoría los actores de teatro Américo Vargas con Pury Durante y Lucho Córdova
con Olvido Leguía. Lucho Córdova, entrevistado un día en la televisión,
dijo que le gustaría que murieran juntos, el mismo día. Su deseo no se
cumplió. Ella le sobrevivió. Fuera de que en Chile hay muchas
parejas de “toda la vida” entre escritores en que ambos lo son, abundan otras
en que la mujer o el marido no lo son, y que han mantenido y mantienen una
firme unión matrimonial. Pintores y escultores igualmente. Músicos
también. ¿Dar nombres? Uno de los más destacados matrimonios de
escritores fue el de Pablo de Rokha con
Winett de Rokha. Él, vociferante poeta, transmisor de palabras
fuertes y duras para todo lo que no fuera su mujer y su familia, le dedicó a
ella no sólo su adhesión permanente de marido y de padre, sino las palabras más
abundantes y de mayor relevancia de la literatura chilena. Publicó
inspirado en ella, prosa y poesía, describiéndola, destacándola,
adorándola. Formó con ella una familia narcisista. En el libro
“Morfología del Espanto”, en “Lengua y Sollozo” explica a sus hijos.
Entre
los poemas “Canto del macho anciano”, “Epitalamio”, “Obsesión del Matrimonio
Provinciano”, le dice a su mujer.
Winétt
murió y Pablo de Rokha, unos años después, se suicidó, tal vez no solamente por
su viudez, sino que sin Winétt, el insoportable mundo le arañó más. Como
viudo inconsolable escribió “Apoteosis”, excelsa prosa que reflejó su dolor.
Habría
que insertar, no resumidas, las treinta y seis páginas (formato grande) que
componen esta prosa gimiente, para comprender mejor la desesperación de un
marido, que tras décadas de matrimonio, rezuma inconsolabilidad, dolor,
ternura, recuerdo, belleza, amor, idolatría, adoración, y que en ella asegura:
“la seguiré llamando hasta después de muerto”.
APOTEOSIS,
es el monumento funerario de un hombre pobre de dinero, incapaz de erigir una
costosa arquitectura para su mujer muerta, pero que redactó esas palabras
cumbres, en memoria de la bienamada.
Los
Literatos chilenos (hijos de emigrantes) han dado muestras de agradecimiento a
la tierra que los vio nacer, como es el caso de Gabriela Mistral (Vasca) en
“Poema de Chile”. Pepita Turina entre sus cuentos infantiles se halla:
Descubriendo Chile
Chile
es un señor larguirucho que tiene despedazados los pies; vaya uno a saber por
qué si nunca ha caminado. ¡Ah!, sí, me olvidaba, ha bailado, sí, sísmicamente
con varias partes del cuerpo; los hombros, la cintura, las rodillas, pero no
con los pies, que es lo único que se le ha despedazado. En sus movimientos
danzarines se ha destrozado su traje de adobe y tejas por ser antimoderno;
en cambio, sus adornos de última moda arquitectural se los ha dejado intactos
para gracia de su cuerpo geográfico que no figura en el mapa.
El señor Chile se ríe del frío; baña su flanco Oeste en un mar Pacífico,
visitado nada menos que por corrientes del Polo, y su flanco. Este lo restrega
en las mismísima nevada Cordillera. La cabeza es lo único que tiende un poco al
trópico y será por eso que se le suele calentar y comete algunos
disparates, como el de danzar, ¡a su edad!, aunque haya ingenuos que lo llaman
Nuevo.
Aunque Chile es un señor que se gasta el lujo de una serie bastante
recomendable de climas y de paisajes lo suficientemente amables como para
hacerse ricos con solo la explotación turística, se dedica más a agricultor, a
viñatero bebedor; busca un mayordomo de viñas y se dedica a las extravagancias
de ser del Frente Popular.
Algunos
parásitos merodeadores de bolsillo, se sienten muy mal con ese “olor ha roto
mugriento” y quieren invadir de protesta el cuerpo geográfico de este señor de
pies archipielagescos, pero este indoamericano de visos aristocráticos y
europeizantes, tiene un recio corazón de pueblerino y no se dejará vencer.
Pepita
Turina, trabajadora de la Cultura y la Artes, se liga a otras “Mujeres”
afanadas y preocupadas por la formación de los niños. En Santiago, se une a la
Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil (IBBY). En 1954 Marcela Paz junto a Pepita Turina, Alicia
Morel, Chela Reyes, Maite Allamand, Virginia Cruzat, Amalia Rendic y Lucía
Gevert, inició una campaña que incluyó concursos de cuentos, creación de
bibliotecas y visitas a los colegios. A Marcela Paz se le congratulo con el
Diploma de Mérito, concedido por el Congreso Internacional de IBBY, que la
incluyó en la Lista de Honor Hans Christian Andersen en 1968. El Premio
Nacional de Literatura le fue otorgado el 11 de agosto 1982, transformándose
así en la tercera mujer en recibir este galardón, antes entregado a Gabriela
Mistral en 1951 y Marta Brunet en 1961. El jurado falló por unanimidad en:
“Atención a su dedicación
especial al cultivo de la literatura en especial a la narrativa infantil; al
hecho de haber creado un personaje literario (Papelucho) de alcances nacionales
y universales; como una distinción a las numerosas mujeres que en nuestro país
cultivan la literatura en forma sobresaliente”
Mario
Reinaldo Artigas
1 Los
emigrantes llegados a Chile en los siglos XVIII y XIX, aportaron con sus
generaciones posteriores; hijos con un una entrega consagrada en la Literatura
y las Artes. Como es el caso de los hijos de Croatas soñadores que llegaron a esta tierra en busca de nueva
vida, al citar una de las nacionalidades que han hecho de Chile una Nación.